Se cumplen 25 años de la masacre a Policías y de la toma en Roncesvalles a manos de la guerrilla

por Kelly Perdomo

El abandono estatal que selló la tragedia de una toma guerrillera anunciada en el 2000 y que dejó medio pueblo destruido.

las tomas

El 14 de julio del año 2000, Roncesvalles se sumió en un horror que hoy, 25 años después, sigue resonando en la memoria de sus habitantes. Aquella noche, la guerrilla irrumpió en el municipio en una toma que, según el entonces presidente del Concejo, Jesús Pareja, fue una tragedia anunciada y, tristemente, desatendida por las autoridades nacionales y departamentales.

En conversación exclusiva, Pareja revive aquellos momentos con una claridad dolorosa. "25 largos años de una toma que fue anunciada y que lamentablemente las autoridades principales, no solamente del departamento, sino de la nación, no quisieron escuchar a tiempo el llamado que hicieron las autoridades locales, algunas personas de la comunidad", lamenta.

El saldo de esa noche fue devastador: 13 policías y un civil fallecidos, más de 100 viviendas afectadas, un éxodo masivo de desplazados y el inicio de un reclutamiento forzado de jóvenes que marcó la vida del municipio por años.

armados

La noche del 14 de julio tenía un significado particular para Pareja, quien, como fundador de la emisora La Voz de la Tierra, esperaba la llegada de equipos para la radio. Sin embargo, su rol como concejal y presidente del cabildo lo tenía inmerso en una crucial reunión de seguridad.

“Terminábamos de celebrar una reunión de seguridad con el comandante de policía, el alcalde y otros personajes", recuerda. El objetivo era detener unas festividades inminentes, ante la advertencia de la misma policía: "no sabemos si alcancemos a llegar". Una premonición escalofriante de lo que estaba por venir.

La guerrilla había realizado estudios de inteligencia exhaustivos durante un mes previo, una información que, según Pareja, fue compartida con todas las autoridades pertinentes. "Todos estos detalles los dimos a conocer a las autoridades departamentales y nacionales, a nuestros políticos, y nadie nos dijo nada", enfatiza con indignación. Las respuestas recibidas fueron desconcertantes.

Un congresista habría dicho: “allá verán esos policías si se dejan matar como perros”. El comandante general de la Policía Nacional, por su parte, respondió: "Para eso están entrenados". Palabras que hoy, a la luz de los hechos, resuenan con una crueldad incomprensible.

El combate inició entre las 9 y 9:30 de la noche y se prolongó durante toda la madrugada. La munición de los policías se agotó cerca de las 2:00 AM. Trágicamente, fueron ejecutados alrededor de las 7:30 AM. La fuerza pública, el Ejército y la Policía, solo ingresaron a Roncesvalles hacia las 10:00 o 10:30 de la mañana del día siguiente. Los enfrentamientos alrededor del pueblo continuaron por varios días. El comandante de policía había advertido sobre la gravedad de la situación, y a pesar de haber informado a sus superiores, no obtuvo respuesta positiva. "Tenemos que afrontar esa situación como sea", les dijo.

mas bala

Durante la toma, la gente cercana al cuartel fue movilizada a lo que se consideraban "sectores seguros", aunque en medio del fuego cruzado y las explosiones, la seguridad era una quimera. Helicópteros y un avión ametrallaban desde el cielo, mientras la guerrilla había instalado armamento de largo alcance en los cerros circundantes para repeler el ataque aéreo.

Para Jesús Pareja, la tragedia de Roncesvalles fue un "total abandono" por parte del Estado. "Fue un total abandono de la fuerza pública, de nuestros administrativos en cabeza del presidente de la época, de los ministros competentes, de los directivos que estaban al frente, los que dirigían la policía, el director nacional de la policía, al director nacional del ejército, a nuestros congresistas", sentencia.

Menciona específicamente al Dr. Emilio Martínez, presidente de la Cámara en ese momento, y al Dr. Mauricio Jaramillo, entonces senador. "Los llamamos a todos. Digámos que la respuesta fue negativa".
Con voz quebrada, Pareja reitera la brutalidad con la que cayeron los uniformados. "A estos señores, a estos policías, les dieron tiro de gracia. Los mataron, discúlpenme porque repito las palabras que dijo el congresista, allá verán si los dejan matar como perros, los mataron como perros furiosos, como perros con rabia, así murieron".

Para Pareja, hay tres puntos cruciales que la historia no debe olvidar: la toma fue meticulosamente estudiada, diseñada, planeada y ejecutada con inteligencia. Y lo más doloroso, esa inteligencia, según sus palabras, "la hicieron niños menores de 15 años". La toma de Roncesvalles es una herida abierta que, un cuarto de siglo después, sigue clamando por justicia y por el reconocimiento de un abandono que costó vidas y dejó una profunda cicatriz en el corazón de un pueblo.