Domiciliarios, víctimas de los atracadores en Ibagué
- por Ondas de Ibagué

Los mensajeros independientes de la capital del Tolima se han convertido un miembro más de las familias ibaguereñas, quienes a diario utilizan sus servicios, estos hombres y mujeres se tienen que cada día entre 15 y 20 servicios, para poder llevar el pan diario a sus hogares, su vida se ha convertido en una carrera contrarreloj, donde no solamente la exponen por un accidente en las vías sino por el posible riesgo de contagio con el COVID 19.
Son decenas de motociclistas los que vemos rodar por todas la calles ibaguereñas, muchos trabajando honestamente, otros camuflándose para la realización de actividades ilegales como la comercialización de estupefacientes, y el caso más sonado en Colombia, el hecho sicarial que dejó como víctima a José Rubén Arenas Delgado, quien estaba a pocos metros de la portería del hospital Federico Lleras Acosta, en el mes de abril, cuando un hombre disfrazado de domiciliario le disparo en tres oportunidades.
“El pasado martes atracaron a un joven que trabaja con nosotros, se le llevaron 150 mil pesos, el miedo del muchacho es tan grande que renunció” dijo, el denunciante.
A las 6:40 de la tarde de este viernes, en los barrios del sur, en Ibagué, un domiciliario quien pidió la reserva de su nombre fue atracado, con revolver, al hombre le llevaron el producido del día y una encomienda que se disponía entregar, aproximadamente el monto del hurto fue avaluado en 300 mil pesos.
Los presuntos delincuentes movilizaban dos motocicletas sin placas, una blanca DT y una FZ 2.05 y habrían atracado a varios domiciliarios en este sector de la capital tolimense.
“A pesar que la Policía Metropolitana, trabajan para mantener la seguridad en la cuidad, les queda complicado estar en todo lado y los delincuentes hacen de las suyas”, agrega el denunciante.
Esto hace ver que la población de domiciliarios es una de las más vulnerables en esta época del COVID 19, cuando son ellos quienes están de alguna forma moviendo la economía municipal.
Por: Fernando González, periodista judicial.