MOE Tolima alerta sobre la escalada de violencia política y llama a bajarle el tono del discurso
- por Kelly Perdomo
Tras un mes del ataque a un candidato presidencial, la Misión de Observación Electoral insta a líderes políticos y ciudadanos a priorizar el debate de ideas y evitar ataques personales.
Cristian Martínez, coordinador de la Misión de Observación Electoral (MOE) en el Tolima, ha emitido una enérgica advertencia sobre la creciente violencia política que se observa en el país, haciendo un llamado urgente a todos los actores políticos a desescalar la agresividad en el discurso público.
Martínez recordó el lamentable ataque sufrido por un candidato presidencial hace un mes, quien actualmente se debate entre la vida y la muerte en un hospital, como un claro ejemplo de las consecuencias de la polarización. "Nosotros seguimos haciendo el llamado a todos los actores políticos a bajarle el nivel de agresividad que se está manejando en el discurso público. ¿Por qué? Porque eso está llevando a que estos índices de violencia se bajen escalonados a la ciudadanía", afirmó el coordinador.
Desde la MOE, se ha monitoreado la violencia política por varios años, señalando que, desde 2016, no se registraban elecciones tan violentas en el país. El llamado no solo se dirige a los partidos y candidatos de todas las contiendas y orillas políticas, sino también al propio gobierno, para que contribuyan a un "desescalamiento de la violencia". Este desescalamiento, según Martínez, es crucial para fomentar un debate de ideas, característico de la democracia, y evitar los ataques personales.
Finalmente, el coordinador de la MOE extendió su llamado a la ciudadanía, subrayando la importancia de mantener la convivencia y las relaciones sociales más allá del proceso electoral. "Vamos a continuar con nuestros mismos vecinos, con nuestros mismos amigos después de un proceso electoral. Y lo que menos queremos es quedar con enemigos y con hechos fatales", concluyó Martínez, reiterando la necesidad de priorizar el intercambio de opiniones sobre la confrontación personal, siempre que no afecte el servicio público a los ciudadanos.