Silvana Torres, madre acusada de matar a su hija fue internada en el Hospital Federico Lleras de Ibagué

por Kelly Perdomo

De la indignación en Manizales a una sala psiquiátrica en la capital tolimense: El oscuro caso de la madre acusada de infanticidio.

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El barrio San Sebastián de Manizales se convirtió en el escenario de una tragedia que estrujó el corazón de Colombia. La madrugada de aquel fatídico 26 de julio, los gritos de una niña de tres años se silenciaron para siempre. Su madre, Silvana Torres, de 19 años, fue encontrada junto a ella con autolesiones.

La escena, macabra, desató una indignación popular, la comunidad, enardecida, intentó lincharla y la policía tuvo que intervenir, custodiándola para salvarla de la furia colectiva. Fue un rescate violento que demostró que el sentimiento de la gente iba más allá de un simple reproche.

El caso tomó un rumbo inesperado cuando Silvana, internada por su estado de salud, fue trasladada al área de psiquiatría del Hospital Federico Lleras Acosta de Ibagué. Este movimiento, confirmado por las directivas del centro hospitalario, señala el delicado estado mental de la joven, un factor clave en la investigación.

Mientras la justicia avanza, las voces de quienes la conocían intentan descifrar qué pudo haber ocurrido. Magola Valencia, vecina y amiga, la describe como una "muy buena madre" que amaba a su hija. Sin embargo, reveló un detalle crucial: la ruptura de una relación sentimental el día anterior al crimen. Para Valencia, la ira por la separación pudo haberle "nublado la mente", una declaración que se suma a la hipótesis de la defensa de alegar inimputabilidad.

La Fiscalía la ha imputado por homicidio agravado de menor de 14 años, un delito que podría acarrearle entre 40 y 50 años de prisión. Pero la historia no es tan simple. Se han encontrado cartas escritas por ella y, lo que es aún más grave, la familia de la niña ha asegurado haber advertido del comportamiento de Silvana a las autoridades, sin obtener una respuesta oportuna.

Manizales sigue conmocionada, la Alcaldía ha ofrecido acompañamiento psicosocial y la comunidad, con velatones y marchas, pide que la muerte de la pequeña no quede impune. Silvana, ahora en Ibagué, está en el centro de un torbellino judicial y social. Su futuro, y la verdad detrás del horrendo crimen, aún esperan ser revelados.