Así fue la trágica vida de Erika a manos de un hombre que la abusó por más de 11 años

por Yudy Vallejo

Tras la muerte de Erika y su asesino, se conocen terribles detalles de lo que fue su vida juntos, y el incierto futuro que le espera a su pequeño hijo de 8 años.

Erika Luo

El Día de las Madres quedó empañado en Colombia por el terrible asesinato de Erika Lugo, una joven de 26 años que fue víctima de su expareja, quién no aceptó que ella quisiera separarse y prefirió quitarle la vida.

Esta historia que terminó ayer en tragedia, inició 11 años atrás, cuando Erika y Cristian se conocieron siendo apenas unos adolescentes y empezaron una relación que estuvo marcada por la violencia, las amenazas y la manipulación.

De ella queda un niño de 8 años, que hoy se suma a la lista de huérfanos en el país. Sin contar con que, deberá crecer con el terrible dolor de saber que fue su padre quién le arrebató a quién más lo amaba en el mundo.  

la familia

Las autoridades han revelado que Erika tomó la decisión por fin de buscar ayuda el pasado 11 de mayo, por eso se acercó a la casa de Justicia de Usme, donde en un poco más de una hora hizo un relato desgarrador de toda la violencia a la que había sido sometida durante más de una década y que se había recrudecido, hace unos tres años atrás.

Los constantes maltratos habrían generado un profundo daño psicológico en la mujer, que tuvo que reunir todas sus fuerzas para tratar de huir de su agresor, a quién palabras más palabras menos, le tenía pánico.

Los funcionarios detectaron que el riesgo era tan alto, que lo mejor para Erika era trasladarla a una casa de refugio, pero ella rechazó la medida pensando que sería suficiente con irse de la casa y buscar refugio en la casa de su papá y su hermana. 

Aunque la Comisaría de Familia le prohibió a Cristian Rincón Díaz, acercarse a Erika bajo ninguna circunstancia, esto no impidió que llegará el pasado domingo hasta su lugar de trabajo donde le propinó dos tiros que le arrebataron la vida de inmediato.

Lamentablemente estos casos siguen en aumento en el país, unas veces porque las víctimas no logran pedir ayuda a tiempo y en la mayoría de los casos, porque saben que aunque pidan ayuda, las medidas que brinda el Gobierno son insuficientes para garantizar su seguridad.