Diputados piden decisiones estructurales para mantener competitiva a la FLT ante la amenaza del aguardiente antioqueño y la apertura del mercado local.

La Asamblea del Tolima encendió las alarmas sobre el futuro de la Fábrica de Licores del Tolima (FLT), durante un debate de control político realizado este martes, en el que se analizó a fondo la situación financiera, operativa y comercial de la empresa, especialmente tras el fallo de la Corte Constitucional que permite el ingreso de aguardientes de otros departamentos al mercado tolimense.

El diputado Juan Guillermo Beltrán lideró el debate con un análisis al que denominó “lo bueno, lo malo y lo feo”. Señaló que, si bien se han logrado avances en materia financiera y una mejor ejecución presupuestal, aún hay grandes desafíos.

“Lo malo es que nos falta agresividad comercial e innovación. Lo feo, que el Aguardiente Amarillo está tomando una ventaja enorme: 1.5 millones de botellas vendidas en el Tolima y 92.000 en Antioquia en tan solo 40 días”, advirtió el asambleísta, quien pidió decisiones de fondo para evitar que la FLT pierda relevancia en el mercado.

A su turno, el presidente de la Asamblea, Giovanny Molina, defendió la gestión de la gobernadora Adriana Magali Matiz y la gerente de la FLT, Victoria Castillo, al destacar que la empresa duplicó sus ventas en 2024, pasando de 600.000 a 1.200.000 botellas, con utilidades que superan los 10.000 millones de pesos.

Sin embargo, también alertó sobre el impacto del aguardiente antioqueño, que domina el 57% del mercado nacional y planea vender 72 millones de botellas este año. “Estas amenazas pueden convertirse en oportunidades si apostamos por modernización, expansión y una fuerte campaña de consumo de lo nuestro”, concluyó.

El llamado desde la Duma departamental es claro: proteger el Taparroja requiere decisiones estructurales y una visión comercial más audaz, para que la FLT no solo sobreviva, sino que crezca y se consolide más allá del Tolima.