Las autoridades mantienen vigilancia reforzada sobre tres afluentes por riesgo de crecientes súbitas tras deslizamiento en Villahermosa.

Una nueva alerta se encendió en el norte del Tolima tras el movimiento en masa registrado en el cerro Pitayó, en Villahermosa, que impactó la quebrada Guayabal y mantiene bajo seguimiento al río Azufrado y al río Lagunilla, afluentes históricamente sensibles por eventos de creciente súbita.

La Secretaría de Ambiente y Gestión del Riesgo confirmó que se activó un monitoreo reforzado para detectar cualquier modificación en el comportamiento hídrico.

“Estamos realizando verificaciones continuas en los tres afluentes. La prioridad es anticipar cualquier cambio que ponga en riesgo a las comunidades ribereñas”, aseguró la secretaria Ericka Lozano.

Desde tempranas horas, organismos de socorro del Tolima desplegaron equipos en los municipios de Villahermosa y El Líbano. Bomberos, Cruz Roja y unidades de PONALSAR realizan inspecciones en puntos estratégicos mientras se adelantan evaluaciones en terreno para determinar la magnitud del movimiento del cerro.

Las autoridades hicieron un llamado directo a la ciudadanía para evitar acercarse a los cauces, mantenerse atentos a los reportes oficiales y acatar de inmediato las indicaciones de los organismos de emergencia.

“Lo más importante es la prevención y la rápida reacción ante cualquier señal de inestabilidad”, reiteró Lozano.

La Gobernación del Tolima pidió a las comunidades reportar de inmediato cualquier ruido inusual, turbiedad repentina del agua o cambios en el cauce, mientras continúa la vigilancia en las próximas horas.