La funcionaria presentó su renuncia irrevocable en una carta donde argumentó diferencias de fondo con las decisiones que se han tomado en las últimas semanas por parte del gobierno.

Laura Sarabia Torres formalizó su salida del cargo de ministra de Relaciones Exteriores, mediante una carta dirigida al presidente Gustavo Petro.

La decisión, que ella misma calificó como fruto de un proceso de análisis y responsabilidad institucional, se dio en medio de una serie de discrepancias con decisiones adoptadas recientemente desde la Casa de Nariño.

Aunque no se detallan las medidas puntuales que motivaron su retiro, Sarabia indicó que no podía continuar respaldando algunas orientaciones del Gobierno, al considerar que representan un camino que no comparte ni acompaña.

En su comunicación oficial, subrayó que su salida no responde a diferencias menores, sino a una ruptura con el enfoque que ha venido adoptando el alto gobierno en temas claves.

La renuncia ocurre luego de un episodio de tensión relacionado con el contrato para la expedición de pasaportes. Según trascendió, Sarabia había planteado extender temporalmente el contrato vigente con Thomas Greg & Sons, con el fin de evitar un vacío en el servicio, mientras se concretaba una nueva licitación. No obstante, el presidente optó por asignar el proceso a la Imprenta Nacional, en un giro que no fue consultado con la entonces canciller.

Sarabia, politóloga y cercana colaboradora del presidente desde la campaña presidencial, ha ocupado distintos roles estratégicos en el actual gobierno, incluyendo la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE) y la jefatura del Departamento de Prosperidad Social. Su renuncia representa una pérdida sensible para el círculo más estrecho del jefe de Estado.

La salida de Sarabia marca un nuevo capítulo en la recomposición del gabinete y pone en evidencia las tensiones internas frente a temas de contratación y manejo institucional.