La Fiscalía le imputó al procesado cuatro delitos a los que sometió presuntamente a su prima, cuando esta vivió por dos temporadas en su casa. Al parecer la amenazaba con difundir fotografías y videos que él la obligaba a enviarle, si contaba lo sucedido.

Ante el Juzgado 1° Penal Municipal, con funciones de control de garantías del Espinal, una fiscalía seccional de ese municipio imputó cargos en contra de un hombre que presuntamente abusó de su propia prima cuando ella tenía 11 años y 14 años de edad. Al parecer, el procesado le habría ofrecido dinero a la menor a cambio de su virginidad.

El ente acusador le imputó cargos por actos sexuales con menor de 14 años, acceso canal con menor de 14 años y acceso carnal violento, todos agravados, en concurso homogéneo y sucesivo, en concurso heterogéneo con demanda de explotación sexual comercial de persona menor de 18 años agravado, y utilización de medios de comunicación para ofrecer actividades sexuales con persona menor de 18 años, los cuales no aceptó.

Según el relato de la Fiscalía durante la audiencia de control de garantías, los hechos se conocieron por la denuncia de la madre de la menor en septiembre de 2018, cuando señaló que su hija le confesó que todo comenzó en el año 2012 cuando vivió en la casa de su tía en donde residía también su primo de 21 años.

El joven presumiblemente empezó a asediarla, tocarla de manera indebida en sus partes íntimas hasta obligarla a otros vejámenes sexuales. La niña se fue de esa residencia a Bogotá y regresó en el año 2016, momento para el cual la menor de edad tenía 14 años.

Ella esperaba que todo se hubiera quedado atrás y no se volviera a repetir lo vivido; sin embargo, al mes de su estadía en la casa de sus parientes, el hombre la habría vuelto asediar y en esta ocasión le ofrecía según ella, dinero a cambio de su virginidad.

Prueba de ello, son los pantallazos de las conversaciones por WhatsApp sostenidas entre los dos, en las que el indiciado le enviaba fotos de billetes de $50.000 como muestra de que podía pagarle por ello, y además le exigía fotos y videos de sus partes íntimas.

La Fiscalía cuenta entonces con elementos con vocación de prueba tales como las fotos, videos, conversaciones por chat, entrevistas; además del examen sexológico que demuestra el abuso del que fue víctima la menor de edad de manera repetitiva.

Por: Juan Manuel Escobar, periodista judicial.