Los domiciliarios denuncian que los llaman, les piden compras, recargas o consignaciones y al llegar a cobrar por su servicio se dan cuenta que los tumbaron.

Los trabajadores dedicados a entregas domiciliarias dieron a conocer que los delincuentes de la cárcel de Picaleña que se dedican a estafar a través de llamadas telefónicas ahora los hicieron blanco de sus robos.

Los delincuentes llaman a los domiciliarios haciéndose pasar por clientes, piden servicios de compra de algunos elementos y esperan a que pasen algunos minutos para volver a comunicarse y pedirles que “de pasadita” mientras llegan a entregar los pedidos les hagan consignaciones a algunas cuentas o recargas telefónicas que supuestamente se las van a pagar cuando lleguen, pero en realidad no existen las direcciones a las que se dirigen o no existen las personas que están buscando.

“Los llaman para decirles que por favor un alcohol, tapabocas y dejan que pasen varios minutos, luego vuelven y los llaman y les dicen que si por favor de ida a las direcciones donde les hicieron el pedido les hacen una recarga de $50.000 o una consignación de $100.000 que cuando lleguen se las pagan y resulta que son direcciones falsas o se las piden a nombre de personas que no existen”, denunció Andrés Villanueva, representante de la empresa de domicilios El Ibaguereño.

Son varios los domiciliarios que han caído en estas y otras modalidades de estafa especialmente en los confinamientos.