Gremios, empresarios y analistas están celebrando el nombramiento de Alberto Carrasquilla como nuevo ministro de Hacienda, porque su experiencia y conocimiento de momento producen tranquilidad en los mercados y estabilidad económica.

Sin embargo, el nuevo jefe de esta cartera no la tendrá para nada fácil, porque el país tiene por delante retos muy grandes e impopulares, que podrían convertir al nuevo ministro en uno de los hombres con menores niveles de favorabilidad entre los colombianos.

Por ejemplo, el presidente de Asobancaria, Santiago Castro, dijo que para mantener la estabilidad de las finanzas, Carrasquilla deberá realizar una nueva reforma tributaria.

En la necesidad de una reforma tributaria coinciden casi todos los economistas y esto produce gran incertidumbre porque no sabemos qué nuevos impuestos tendrán que pagar los colombianos.

El nuevo ministro de Hacienda también deberá trabajar en una reforma pensional para garantizar la sostenibilidad del sistema que se ha convertido en una bomba de tiempo y allí también se podrían tomar decisiones dolorosas para los futuros pensionados.